Iba yo a casa de mis suegros, a visitarlos. La casa era muy diferente, nada parecida a lo moderna que la tienen, sino con muebles rústicos y de colores oscuros, el sofá era horrendo. La distribuición muy distinta a su piso verdadero.
Iba y allí estaban mis suegros, Natalia y Álex también, y luego aparecen David y Gemma, mis cuñados.
Todo el mundo me ignoraba, como si yo no estuviera allí, y comenzaba a entristecerme del feo que me estaban haciendo. De repente no están, se oye el golpe de la puerta al salir y Álex me dice que se han ido todos a la calle sin decirme nada.
Me voy a una habitación donde había una tabla de planchar, y comienzo a escribirles una nota en un folio. Me costaba escribir, pues que cuando sueño no puedo leer lo que estoy escribiendo. Me siento extraña.
Había dinero y me dispongo a cogerlo, cuando oigo ruido en la escalera. No sabía si venía alguien y yo quería irme antes de que llegaran, y así pudiera leer la nota sin estar yo presente.
Salgo a la escalera, y cuando voy a mitad de camino hacia abajo, oigo gente que sube. Unos por la escalera y otros por el ascensor.
Me frustro porque pienso que si bajo y son ellos, me los encontraré, y si subo y se abre a la vez el ascensor, me pillaran...
Y me he despertado de la siesta!
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